Adopta, Cambia una Vida y Transforma la Tuya

Milu, luz que desborda entre prejuicios. Con solo 2 años, Milu ya carga con el peso de ser criolla, negra y "una más" en la estadística del abandono. Pero nadie apagó su chispa. Corre, juega, sonríe… desborda amor a cada paso. Amiga de todos los humanos y peludos, es pequeña, inteligente y lista para llenar de alegría cada rincón del hogar que aún no tiene. Está sana, vacunada y con el corazón latiendo fuerte por encontrar a su persona. ¿Le das tú la oportunidad de brillar como merece?

Sammy, el pequeño que venció el miedo con su sonrisa. Inteligente, escurridizo y con un encanto que lo hacía difícil de atrapar… así comenzó la historia de Sammy. Vagó con temor cerca del refugio, pero nunca lo abandonaron, y un año después, ya aprendió que los humanos también saben dar amor. Hoy es sociable, cariñoso, amigo de todos. Con sus patitas cortas y esos mechones que ondea como bandera de personalidad, Sammy te sigue solo para asegurarse que lo viste sonreír. No necesita mucho espacio, pero sí una rutina con juegos, paseos y un humano que quiera compartir el cariño día tras día. ¿Lo haces parte de tu historia?

Morocho, el modelo del amor que espera paciente. Nunca ha tenido un hogar, pero eso no le quita lo hermoso. Morocho, con años encima y ternura intacta, es la prueba viviente de que los veteranos tienen mucho por ofrecer. Su vida en la calle quedó atrás, y Paraíso de la Mascota es lo más parecido a familia que ha conocido. Hoy posa como modelo en el calendario, porque no hace falta juventud para irradiar belleza. Solo falta un humano que lo vea como él merece: como un compañero, no como un número. ¿Le das tú el hogar que lleva años esperando?

Tyson, el alma libre que nunca debió ser encadenada. Rescatado de una finca en el Cauca donde estuvo amarrado día y noche por “portarse mal”… cuando en realidad solo buscaba sobrevivir. Tyson lleva meses con nosotros, descubriendo que existe otra forma de vivir: libre, querido, y feliz. Hoy es activo, juguetón, cariñoso… y está listo para compartir su energía con una familia que lo sepa valorar. Porque a veces los perros nos enseñan que el amor no se entrena con cadenas, sino con cariño. ¿Se lo muestras tú?

Turrón, el peluche que apareció buscando amor. Una mañana cualquiera, simplemente llegó a la puerta de la fundación, como si supiera dónde empezar de nuevo. Nadie conoce su historia, pero sí su presente: alegre, expresivo, curioso… y absolutamente encantador. Sus ojitos como botones, su pelo alborotado de ternura y esa forma tan fácil de caer ante una galleta, hacen que uno solo pueda decir: este perro es un regalo. Lo seguimos descubriendo, paso a paso, mientras él nos recuerda que no todos los humanos hacen daño. Turrón está listo para encontrar a ese corazón que lo mire con paciencia, que lo entienda y le enseñe que esta vez sí hay familia, sí hay hogar, y sí hay amor duradero. ¿Te animas a conocerlo y hacer match de por vida?

La alegría que se rescató en Bellavista. Tres meses atrás, vagaba por las calles de Bellavista sin esterilizar, enfrentando lo que tantas hembras enfrentan cuando nadie se hace responsable. Pero su historia cambió al llegar a @paraisocali. Hoy es una perrita alegre, de tamaño mediano, con unos ojos que no se olvidan y una pasión clara: las galletas Ya no necesita sobrevivir. Ahora está lista para florecer en un hogar donde su felicidad tenga espacio, donde su amor encuentre eco. ¿Le das tú el lugar que se merece?

Tommy, amor que no cabe en diagnósticos. Apareció en la puerta del refugio, sin papeles ni historia… solo con una sonrisa que hablaba más que cualquier documento. En seis meses, conquistó corazones, aunque también preocupó: convulsiones sin origen conocido. Se le hicieron estudios, se le cuidó con amor. Hoy está estable, sano, alegre… y sigue siendo ese perro extraordinario que parece tener como único efecto secundario una sobre dosis de ternura. Tommy no se define por lo que no se sabe, sino por lo que sí se ve: es puro, es fuerte, es resiliente. Y está esperando a ese humano especial que entienda que el amor, a veces, también significa estar presente en los días inciertos. ¿Serás tú quien le enseñe que su historia merece el mejor final?

Tom, el que te sigue con amor sin condiciones. Lo vieron solo, caminando por Dapa, y parecía perdido. Lo era. Lo publicaron, lo difundieron, pero nadie reclamó… y a veces, lo mejor llega así: cuando no lo esperas. Un veterinario lo rescató, le curó el cuerpo… y con paciencia, el alma. Por su energía y tamaño, no podía quedarse allí, y así llegó a la Fundación, donde espera que alguien vea más allá de su apariencia, y se enamore de todo lo que es. Tiene 5 años, lo que significa energía de sobra combinada con madurez e inteligencia. Mezcla de pastor alemán, ganadero, husky… quizá. Pero más allá de las razas, Tom es amor puro, listo para seguirte, cuidarte y hacer de cada paseo una promesa de lealtad. ¿Lo llevas contigo para siempre?

Tokio, alegría que corre más rápido que el abandono. Con apenas 6-7 meses, Tokio lleva consigo una energía imparable—juega, corre, quiere estar en todo y adora ser protagonista. Lo encontraron sobreviviendo en un parque, demasiado pequeño para una vida tan dura… pero por suerte, alguien lo vio como lo que es: un cachorro con ganas de vivir. Hoy está sano, esterilizado, vacunado y listo para ser ese amigo que le pone color a tus días. Se lleva bien con humanos, perros, y hasta algunos gatos, y aún espera que alguien no solo admire su alegría… sino que la lleve a casa. ¿Serás tú quien le dé el hogar que tanto merece?

Toby, ternura que resistió el abandono. Lo dejaron solo, encerrado en una habitación… con hambre, sin compañía. Pero Toby no perdió lo esencial: su amor por las personas. Una buena alma lo acogió por un tiempo, pero las circunstancias lo llevaron a nuestra Fundación, donde lleva desde marzo de 2022 esperando lo que merece: un verdadero hogar. Es súper cariñoso, sensible, y aunque al principio le cuesta un poco usar el collar, pronto lo olvida… como olvidó el miedo, cuando entendió que el cariño también puede ser constante. ¿Y si tú eres quien le da el capítulo más bonito de su historia?

Tigresa, la que no se rinde… ni deja de amar. La subieron al carro, la bajaron en plena autopista… y nunca miraron atrás. Pero Tigresa sí miró hacia adelante. Anémica, abandonada y con el cuerpo cansado, no dejó que nada venciera sus ganas de vivir. Su rescatista la repuso, la esterilizó, y su hogar de paso le curó el corazón. Hoy está en la Fundación, esperando a ese humano que le devuelva lo que otros no supieron cuidar. Tamaño mediano-grande, llena de energía, sumamente inteligente y convencida de que sigue siendo una cachorrita tierna. Se lleva bien con todos—humanos, perros, momentos tranquilos y juegos intensos. Entiende órdenes rápido, busca cariño sin pausa… y aún se pregunta por qué nadie la elige. ¿Y si tú eres quien sí se detiene a mirarla como merece?

Thor, el que te enseña a mirar con el corazón. No sabemos de dónde viene, pero sí todo lo que es ahora: sano, cariñoso, juguetón, y ese tipo de amigo fiel que los humanos olvidan cuando se dejan llevar por estereotipos. Macho, adulto, criollo, negro… las palabras que no preguntan, pero que también definen a los mejores compañeros. Thor apareció en la puerta de la fundación, como queriendo mostrar que lo que importa no es el pasado, sino quién está dispuesto a mirar bien el presente. Pequeño, activo y calmado a la vez, le quedan muchos años para repartir amor. Él ya aprendió a confiar, solo necesita a alguien que sepa mirar lo esencial. ¿Será contigo?

Thalía, la que pedía cariño disfrazado de comida. En su búsqueda desesperada por alimento y afecto, Thalía se metía a las casas sin entender que algunos humanos aún no saben leer entre miradas. Ella no buscaba invadir—buscaba pertenecer. Vivía en Palmira y fue rescatada justo antes de que su historia terminara mal, gracias a personas que decidieron ver más allá. Tenía un problema en su ojo, ya operado gracias al compromiso de la Fundación y a las donaciones que hacen posible estas segundas oportunidades. Ahora está perfecta: sana, juguetona, y con una pasión por las pelotas que no pide a gritos, sino con ternura. Cuando no se la dan, se sienta a tu lado… esperando, confiando. Thalía es todo lo que uno busca sin saber: compañera, dulce, paciente y con amor que no se agota. ¿La haces parte de tu historia?

Teo, confianza que florece después del dolor. Rescatado por la Policía Ambiental con una herida en el cuello, símbolo de haber estado atado sin razón, Teo lleva la historia escrita en la piel… pero no en el corazón. Aunque al principio duda, cuando se siente seguro, su ternura brota sin medida. Cariñoso, noble y dispuesto a sanar junto a un humano que entienda que el amor, a veces, también necesita paciencia. ¿Serás tú quien le muestre que la libertad va de la mano con el cariño?

Sam, el guardián del lazo invisible. Siempre un paso adelante, Sam no solo cuida el camino… cuida a Chester. Como si supiera que el amor también es estar pendiente, revisar, confirmar que todo está bien antes de descansar juntos al lado de quien les da paz. Llegaron como hermanos, y aunque nadie firmó ese vínculo, lo demostraron con cada gesto. Vivieron sin hogar, pero nunca sin lealtad. Hoy, Sam es un perro adulto-joven, tranquilo, fuerte, dulce… el tipo de compañero que te observa, entiende, y te acompaña sin condiciones. Ama las galletas y tiene un don: con la tercera, convierte la confianza en compañía. ¿Lo dejas cuidar tu manada como cuida la suya?

Salvaje, la que sobrevivió al abandono... y aún espera ser elegida. Pasó de ser “perrita de obra” a quedarse en la calle cuando el cemento se secó… y nadie la miró atrás. Salvaje lleva más de 13 años con nosotros, siendo silenciosa, tímida, y dulce con sus compañeros peludos. Nunca tuvo hogar, nunca conoció el calor de una familia. Pero ahí sigue, esperando con paciencia y dignidad que por fin llegue el humano que la valore por lo que es: un alma noble que resistió sin perder la ternura. ¿La dejas cerrar su historia con el amor que siempre mereció?

Rocky, el compañero que el tiempo no ha apagado. Lleva años esperando, y aún así no pierde la esperanza. Rocky es uno de esos perros que han sido parte del refugio por tanto tiempo, que sueñan todos los días con una familia que los mire diferente. Ya está listo para cambiar su historia... y la tuya. Dale la oportunidad, y te lo aseguramos: no será solo un perro, será tu mejor decisión

Rocky, el corazón que espera ser reparado por amor. Maltratado, ignorado y entregado por denuncia, Rocky representa lo que muchos animales viven… y lo que pocos humanos comprenden. Desde noviembre de 2022 está en la fundación, sano físicamente, pero aún con heridas invisibles. Necesita paciencia, espacio y un humano que entienda que amar también es enseñar. Cuando cruza esa barrera, Rocky se convierte en una bola de ternura que solo quiere acompañarte sin condiciones. ¿Le das tú la oportunidad de sanar por completo?

Rex, el que aún sueña con un “bienvenido a casa”. Fue abandonado siendo apenas un cachorro, junto a sus hermanas. Una de ellas ya conoce lo que es ser parte de una familia… pero Rex y Vilma siguen esperando. Nunca han sentido el calor de un hogar, aunque lo merecen tanto como cualquiera. Rex es noble, cariñoso y tiene un corazón que pide solo una cosa: pertenecer. ¿Le das tú la oportunidad de escribir su historia junto a ti?

Póker, el que merece un hogar más que un terreno. Pasó de ser “perro de finca” a conocer, por fin, el cariño… pero aún espera lo más importante: una familia. Desde hace casi un año, Póker busca ese hogar que le dé más que espacio, que le dé amor. Tiene entre 3 y 4 años, una edad perfecta—con la chispa de juventud y la sabiduría tranquila de los adultos. Juicioso, sensible y lleno de amor cuando confía, es el tipo de compañero que solo necesita una oportunidad real. ¿Se la das tú?

Paco, energía que no se apaga. Desde abril de 2022 espera en el albergue… pero no ha perdido ni una pizca de su alegría. Hiperactivo, juguetón y con amor a borbotones, Paco está sano, vacunado y esterilizado. Su historia comenzó con abandono, pero merece continuar con caricias, paseos y una familia que celebre su forma de ser. ¿Te animas a vivir con un torbellino de ternura?

Odín, nobleza que floreció en medio del reto. Llegó siendo apenas un cachorro, marcado por problemas de piel y el olvido… pero nunca dejó de ser cariñoso. Hoy, Odín es sociable, juicioso y el tipo de perro que conquista a niños, peludos y humanos por igual. Tiene corazón de oro y el carácter que se sueña en un compañero fiel. ¿Lo dejas ser parte de tu historia, la que ahora sí empieza con amor?

Negro, el que nunca se rinde… y siempre busca amor. Con sus ojos café intenso, Negro rastrea el mundo con curiosidad y fuerza. Venció la babesia, el abandono, y sigue adelante como si cada día fuera una oportunidad. Joven, saludable y activo, demuestra que la fortaleza no está en el tamaño, sino en el corazón. Aunque el prejuicio le juega en contra por su color, Negro no ha perdido la esperanza: busca ese humano que lo vea como lo que es—un compañero valiente y lleno de amor.

Negri, energía que renació con ilusión. Rescatado en estado de desnutrición, Negri dejó atrás la calle para recuperar no solo su salud… también su alegría. Hoy está fuerte, activo y emocionado por tener una familia que lo mire con cariño. Cada movimiento suyo dice “¡Estoy listo!” ¿Te animas a ser quien le dé el hogar que tanto ha soñado?

Nana, ternura que florece al ritmo de la confianza. Junto a su hermana Luna, Nana llegó con la piel frágil y el cuerpo débil… pero con un corazón esperando ser sanado. Hoy está sana, tranquila y lista para demostrar lo dulce que es cuando confía. De entrada tímida, pero cuando se siente segura, es obediente, tierna y la compañera que acaricia hasta los silencios. Solo necesita un hogar que le dé tiempo, cariño y la oportunidad de ser quien realmente es.

Milo, el que nunca dejó de sonreír. Desde febrero de 2021, Milo ha sido parte del refugio. Con su pelaje barcino y mezcla criolla, pareciera que se vuelve invisible ante los ojos que solo ven razas… pero basta mirarlo una vez para entender que es único. Siempre sonriente, con mirada brillante y energía contagiosa, Milo es ese buenazo que te acompaña a todas partes y que siempre está listo para repartir alegría. Le encantan las galletas, los paseos, las personas... y espera que alguien le enseñe lo más importante: lo que se siente pertenecer a una familia. ¿Se lo muestras tú?

Martina, el regalo que sigue esperando ser abierto. Apareció sola, un día antes de Navidad, como esos presentes que llegan sin previo aviso... pero con mucho amor por dar. Martina es mestiza, con alma de labradora: familiar, cariñosa, y experta en sonrisas sinceras. Tiene 4 años, una cicatriz en la cara y una ternura que te derrite con solo mirarla. La calle le dejó marcas, pero no le quitó las ganas de entregar cariño. ¿Le das el lugar donde pueda vivir como lo que es… una más de la familia?

Luna, calma que florece con confianza. Llegó junto a su hermana Nana en condiciones difíciles… pero hoy Luna está sana, cuidada y lista para encontrar un hogar. De carácter tímido al principio, pronto se transforma en una perrita tierna, obediente y tranquila cuando se siente segura. No corre, no grita… simplemente acompaña. Luna no busca ruido, busca cariño, rutinas compartidas y un humano que sepa ver más allá de la primera impresión. ¿La dejas florecer a tu lado?

Lulu, ternura que espera su momento. Con apenas 3 meses, fue encontrada en una caja junto a sus hermanos. Ellos ya fueron adoptados… pero Lulu sigue esperando con dulzura en la mirada. Al principio tímida, pronto se abre y deja ver lo juguetona y feliz que es, sobre todo cuando la cargan. Tiene amor de sobra y una personalidad que florece con cariño. ¿La ayudas a encontrar el hogar que aún no le ha tocado?

Lucas, amor que llega con calma. Con 8 meses y un pasado en un balcón olvidado, Lucas aprendió que no todos los humanos saben cuidar. Hoy, aún tímido, te observa con curiosidad… y espera. Un par de galletas, algo de paciencia y libertad para acercarse a su ritmo bastan para que se entregue por completo. Cariñoso, joven y lleno de vida, es de esos que te hacen sentir especial con solo confiar. ¿Lo acompañas en su nueva historia?

Lucas, el que no deja de sonreír a pesar de todo. Abandonado sin explicación, Lucas llegó a la puerta de la Fundación con el corazón intacto. Cariñoso, sociable y con una energía que se contagia, no necesita palabras para robarte el alma—solo una mirada, una caricia, y ya es tu compañero. Hoy espera una familia que no lo deje atrás… una que lo mire como él te mira: con amor sincero. ¿Ya lo conociste?

Locky, listo para la mejor etapa de su vida. Llegó al albergue con pulgas y bajo de peso, pero con el corazón intacto. Hoy, Locky está sano, vacunado, esterilizado… y más juguetón que nunca. Adora los paseos, los mimos y todo lo que implique compartir con humanos. ¿Le das tú el hogar que convierta su historia en una aventura feliz?

Linda, única desde cada manchita hasta el corazón. Tranquila, amorosa y tan juiciosa que posa para las fotos como si supiera que está esperando algo grande. Linda tuvo un hogar… o eso creyó, hasta que fue dejada atrás sin razón. Su pelaje atigrado es irrepetible, y su ternura también. Algunos no ven lo especial… pero ella sí. Camina orgullosa, sonríe con dulzura y sigue creyendo que hay humanos que saben reconocer lo realmente valioso. ¿Y tú, ya viste lo bonita que es Linda?

Linda, velocidad de amor en movimiento. Es casi imposible captarla quieta: cada vez que sale a jugar, Linda corre, salta, sonríe… como si el mundo fuera suyo. Desde hace más de un año vive en el refugio, sin haber conocido aún lo que es una familia de verdad. Sociable, enérgica y con una personalidad que te arrolla de ternura, Linda no está hecha para visitas breves… está hecha para quedarse, acompañarte y llenar tu vida de movimiento y cariño. ¿La dejas ser parte de tu hogar para siempre?

Juancho, sonrisa de segunda oportunidad. Sacado de un costal y rescatado del abandono, hoy Juancho no deja de sonreír. Es el perro más amoroso y feliz que puedas conocer, como si entendiera que la vida le dio una segunda oportunidad... y quiere agradecerla con cada lametazo. Juguetón, tierno, y con alma de compañero, ya conoce la dinámica de un hogar y está listo para formar parte de uno que no lo suelte jamás. ¿Te animas a vivir con alguien que recarga el alma?

Orejón - Joe, el 4x4 del corazón. Cruza Basset Hound con Beagle, y suma una dosis inmensa de resiliencia. Orejón se crió en una finca, donde conoció el maltrato desde cachorro… pero hoy es otra historia. Aunque aún es cauteloso con su comida, es un perro que se transforma cuando confía: juguetón, cariñoso y tan apegado que no te suelta ni con abrazos. Tiene buena concentración y energía, aprende rápido y está más feliz que nunca. Solo falta que lo elijan no por su pasado, sino por lo hermoso que es hoy. ¿Le das el terreno firme de una familia de verdad?

Jagger, el que llegó con la tormenta... pero merece calma. Apareció asustado en medio de una fuerte lluvia, refugiándose en el edificio Torre EMCALI CAM. Bien cuidado y afectuoso, Jagger parece estar buscando a alguien... o esperando que alguien lo encuentre. Hoy está bajo cuidado, pero su mirada extraña un vínculo perdido. Si lo conoces, lo viste antes o quieres ayudarlo a encontrar su rumbo, comparte su historia. Porque todos merecen ser encontrados.

Frida, el abrazo que te faltaba. Joven, inteligente y con el corazón más cariñoso del refugio, Frida tiene todo… menos prejuicios. Su color, su origen, su edad, no definen el amor que regala en cada mirada. Negra, criolla, tierna… y perfecta para compartir mimos, siestas y momentos que te cambian el día. Lleva más de un año esperando a quien vea lo que realmente importa. ¿Le das la familia que tanto merece?

Fénix, el que renació para ser amado. Desde las calles de La Guajira, marcado por el abandono y el dolor, Fénix volvió a la vida como el ave que lleva su nombre. Joven, negro, criollo… pero con un alma enorme y unos ojitos que cuentan su historia sin palabras. Aún duda un poco, pero una vez confía, se transforma en un fiel compañero de caricias y lametazos. Busca un hogar justo, lleno de respeto y ternura, donde pueda escribir su nueva historia. ¿Serás tú quien le enseñe que la vida también tiene colores?

Esperanza, la que aún cree en los “para siempre”. Con casi 8 años y 4 de ellos vividos en el refugio, Esperanza sigue esperando… y sonriendo. Llegó débil y desconfiada, pero nunca dejó de creer en el amor humano. Hoy, con energía para correr y calma para acompañarte, representa lo que muchos olvidan: que la edad no define cuánto amor queda por entregar. Esperanza no es una raza, es un símbolo. Una buena perra con mucha vida por delante… y muchas sonrisas por regalar. ¿La haces parte de tu historia?

Dulce, energía que abraza el corazón. Abandonada siendo apenas una cachorra, Dulce se recuperó con fuerza y alegría. Criolla, vivaz y con un porte encantador, tiene una misión clara: robarte una sonrisa todos los días. Inteligente, despierta y lista para aprender, Dulce busca un hogar definitivo donde crecer rodeada de amor. ¿Le abres la puerta a una vida compartida con ella?

Donna, amor a ojos cerrados. Ciega, sí… pero con un corazón que lo ve todo. Donna fue abandonada en la puerta del refugio, pero desde entonces ha demostrado que la ternura no necesita vista, solo cariño. Es juguetona, dulce y llena de energía para repartir amor a quien se atreva a conocerla de verdad. ¿Te animas a cambiar su vida… y la tuya?

Docky, el que nunca perdió la esperanza. Desde 2015 vive en el refugio, esperando su turno. Llegó como cachorro junto a sus hermanas, ellas ya fueron adoptadas… pero él sigue aquí, tranquilo, obediente y con tanto amor guardado que emociona. Docky no pide nada extraordinario: solo un humano que le mire y diga “te elijo a ti.” Porque su lealtad ya está lista, solo falta el hogar.

Coki, el que venció al olvido y aún espera jugar contigo. Del centro de la ciudad y una infancia marcada por el abandono, Coki salió adelante gracias a un buen corazón. Con dos años, buena salud, energía juguetona y una pelota como fiel compañera, este criollo amoroso sigue esperando el hogar que merece. Le encanta correr, aprender y luego descansar a tu lado, como todo buen amigo. ¿Le demuestras que el amor no discrimina edad, raza ni pasado?

Chester, lealtad hecha perro. Tímido al principio, pero inmensamente fiel una vez confía. Chester llegó al refugio junto a Sam, su compañero inseparable, y desde entonces no conoce el camino sin él. Aunque no tuvo hogar, sí tuvo amor entre cuatro patas. Hoy espera un humano paciente, cariñoso, que entienda que la lealtad verdadera no se exige… se gana. Le encantan las galletas, los silencios compartidos y las siestas a tu lado. ¿Le das el lugar donde pueda quedarse para siempre?

Chaparrito, confianza que florece lento… pero firme. Encontrado a comienzos de este año, Chaparrito aún guarda reserva en sus ojos. No sabemos su pasado, pero sí su presente: un perrito noble que necesita tiempo, cariño y respeto para confiar. Con paciencia, él deja ver lo mejor de sí. No busca perfección, solo alguien que lo comprenda y esté dispuesto a acompañarlo en su proceso. ¿Le demuestras que el amor puede volver a empezar?

🐾 Chanel, amor que no se olvida. Mestiza dulce y educada, Chanel guarda en su corazón los recuerdos de una buena compañía. Lleva un año y medio esperando que alguien la vuelva a mirar como merece: con cariño, con orgullo, con ganas de llamarla familia. Se sienta con ternura, recibe tus galletas apenas rozando tus dedos, y se porta como si entendiera que cada gesto de afecto vale oro. Esterilizada, vacunada y lista para escribir nuevos recuerdos… Chanel solo espera que tú la veas.

Canela, dulzura en busca de un verdadero hogar. Abandonada en su adultez por quien prometía cuidarla, Canela aún espera conocer lo que realmente significa tener una familia. De temperamento tranquilo y mirada tímida, esta perrita noble necesita un humano con paciencia y amor genuino. Detrás de su reserva hay una ternura infinita lista para florecer. ¿Le das tú el hogar que nunca ha tenido?

Bruno, el faldero que sobrevivió al olvido. Curioso, alegre y tan sociable que te roba una sonrisa con solo mirarte, Bruno aprendió a querer a pesar del abandono. De un balcón solitario al calor de un refugio, este cachorro de 8 meses sigue confiando, dando amor y buscando estar “pegadito” a ti. Le encantan los humanos, los misterios que traen en las manos… y los abrazos sin cita previa. ¿Estás listo para conocer al mejor compañero de aventuras (y siestas)?

Bruno, nobleza esperando un sí. Abandonado en la puerta de la Fundación hace 6 meses, Bruno no perdió ni un gramo de amor. Noble, cariñoso y de mirada serena, está listo para entregarse a quien le dé la oportunidad que merece. No necesita mucho… solo un corazón dispuesto a recibirlo. ¿Te animas a ser su familia?

Brenda, ternura que espera su turno. Rescatada del Oriente junto a sus 4 bebés, Brenda los vio partir hacia nuevos hogares mientras ella sigue esperando el suyo. Noble, cariñosa y sociable, conquista con su dulzura a personas y perros por igual. Tiene tanto amor por dar… solo necesita un humano que le abra la puerta. ¿Le regalamos el final feliz que merece?

Bonnie, libertad con corazón. Tiene poco más de un año y un espíritu imposible de encerrar. Bonnie es la Houdini del refugio: donde otros ven límites, ella ve rutas para saludar. Cariñosa, juguetona y siempre lista para que la carguen, Bonnie busca ese hogar especial que entienda que su amor no tiene puertas... solo caminos para correr y abrazar. ¿Te atreves a seguirle el paso?

Bonito, el invisible que ilumina corazones. Con 9 años, pelaje oscuro y una ternura que conquista sin esfuerzo, Bonito desafía los prejuicios que lo vuelven “invisible”. Recogido en las calles de Cali, hoy brilla en el refugio con su personalidad suave, su mirada atenta y esa sonrisa que te sigue a todos lados. Le encantan las galletas, el cariño bajo el mentón… y tumbarse a tu lado como si te conociera de toda la vida. Bonito no necesita un hogar perfecto, solo uno que vea todo lo bonito que él ya es.

Bonito, el invisible que ilumina corazones. Con 9 años, pelaje oscuro y una ternura que conquista sin esfuerzo, Bonito desafía los prejuicios que lo vuelven “invisible”. Recogido en las calles de Cali, hoy brilla en el refugio con su personalidad suave, su mirada atenta y esa sonrisa que te sigue a todos lados. Le encantan las galletas, el cariño bajo el mentón… y tumbarse a tu lado como si te conociera de toda la vida. Bonito no necesita un hogar perfecto, solo uno que vea todo lo bonito que él ya es.

Blanquita, la valiente de la montaña. De una cueva en La Vorágine al refugio Paraíso, Blanquita sobrevivió al miedo, la enfermedad y el abandono. Hoy, aunque tímida, deja ver su dulzura a quien se toma el tiempo de conquistarla. Sociable con otros perros y noble de corazón, merece el hogar que nunca ha tenido. ¿Serás tú quien le muestre que el amor también puede durar?

África, nobleza que florece. Del abandono al renacer, África es el ejemplo viviente de que el amor transforma. Rescatada de las calles, llegó sin fuerzas, pero nunca sin corazón. Hoy busca por primera vez una familia que le enseñe lo que es el calor del hogar. Dulce, tímida y profundamente amorosa, África está lista para entregarse por completo. ¿Le das tú el capítulo feliz que merece?

ABBY, ternura en cada paso. Con mirada dulce y corazón resiliente, ABBY volvió al refugio tras perder su segundo hogar. Mediana, energética y amorosa, conquista a todos con su porte y afecto incondicional. Merece un verdadero “para siempre”… uno donde el amor no tenga fechas de vencimiento. ¿La conoces? Te roba el corazón.